Hace unos 25 años desde el descubrimiento del virus causante del Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), el VIH. Poco después se pronunciaron desafortunadas afirmaciones sobre la inmediatez de una vacuna para la creciente pandemia de los años 80. Una vacuna, que ha día de hoy se sigue buscando, aunque afortunadamente los tratamientos actuales hayan aumentado espectacularmente la esperanza de vida de los pacientes.
¿Por qué todavía no se ha encontrado? La respuesta a esa pregunta es compleja pero creo que el siguiente gráfico servirá para explicar donde se encuentra uno de los mayores problemas. El gráfico (cladograma) muestra lineas que divergen en la medida que aparecen mutaciones en una proteína del virus de la gripe o bien del VIH, siendo estas las dianas más accesibles de ambos virus, es decir, los objetivos más adecuados para las vacunas. La proteína de la gripe, HA1, es de hecho la diana de las vacunas contra la gripe y debido a las mutaciones que aparecen en ella, es necesario modificar la vacuna todos los años. Se muestran las variaciones de la gripe (Global influenza) para toda la población mundial en 1996 (todas las mutaciones diferentes que aparecieron ese año) en comparación a las mutaciones del VIH en un solo individuo durante 6 años (HIV single individual), 23 individuos que contrajeron la enfermedad en Amsterdam (Amsterdam cohort) y la población del Congo en un año (Congo 1997). A mayor distancia y ramificaciones mayor divergencia (diferencia).
Sólo las variaciones que se producen en una persona con SIDA a los 6 años (imaginaros durante toda su vida) son equivalentes a las variaciones en la diana del virus de la gripe en todo el mundo durante una epidemia anual. ¿Cómo se puede construir una vacuna contra un enemigo que cambia tanto?
La posible diana del HIV quese ha mostrado se llama gp120 y es con diferencia la proteína más expuesta del virus, y es en realidad una trampa para engañar al sistema inmune: Básicamente el virus ha evolucionado para permitir que aparezcan multitud de mutaciones que impidan al sistema inmune (y desgraciadamente también a las vacunas) acabar con todos los «individuos», puesto que no existe un objetivo único contra el que enfocar el ataque. Ahora los esfuerzos se dirigen hacia lo que esconde y protege gp120: otra proteína encargada de introducir al virus dentro de una célula (normalmente linfocitos T4) llamada gp41. Un ancla que no debe variar para que el virus sea eficaz infectando.
Existen más razones que se suman a este problema que podéis consultar en la página de la Wikipedia.
- Gráfico adaptado en Nature Medicine a partir del original de: Evolutionary and immunological implications of contemporary HIV-1 variation. Korber B, Gaschen B, Yusim K, Thakallapally R, Kesmir C, y Detours V. Br Med Bull. 58:19-42. (2001)
- Esquema del HIV obtenido de la web de la Junta de Andalucia.