Soy un Cerebro Fugado

O eso dicen las estadísticas. Pero en mi caso -de momento-, porque quiero. No todos tienen esta suerte: tras años de excelente trabajo en el extranjero con contratos o becas postdoctorales bastante decentes se plantean volver a España sin que las oportunidades estén muy claras.

España posee bastantes centros de investigación de relevancia internacional y unas curiosas costumbres: ofrecer contratos bastante cutres, no mantener la financiación de proyectos a largo plazo y anunciar a bombo y platillo que un gran investigador vuelve/viene a España. No me entendáis mal, no es que me parezca mal que los grandes científicos vuelvan al país, lo que me parece tremendo es que un científico tenga que haber realizado ya muchos de sus mejores logros en otro país antes de venir a España (Por cierto que esto tampoco es un camino de rosas y da para otro post). El sistema forma buenos científicos (al menos en mi opinión) y muchos salimos del país para aprender más. Sin embargo, el sistema actual falla al no reclutar buenos jóvenes científicos que vayan a realizar lo mejor de su carrera científica dentro del país. Y digo buenos científicos y no científicos españoles. Que aquí nos confundimos mucho en este tema: una cosa es apoyar a los científicos españoles y otra es regalar los puestos de trabajo, especialmente en un tema tan costoso y tan delicado por su relevancia. En todo caso, el privilegio de poder atraer buenos investigadores extranjeros se lo quedan países como Reino Unido, EEUU, Alemania o Francia mientras que en España sólo ahora, y tímidamente, empiezan a verse investigadores extranjeros.

No es un trabajo de un día y requiere algo que también atenta contra nuestras costumbres: pactos de Estado. No voy a decir que no haya algunas buenas iniciativas como las Becas Ramón y Cajal que cumplen ya unos 5 años. Pero estos esfuerzos se quedan cortos no sólo en el plano económico para el investigador (en muchos casos es lo menos relevante) sino en la falta de infraestructura y personal de trabajo para llevar a cabo proyectos competitivos. El problema de España se puede resumir en una anécdota: el mismo día que España era agraciada con la Copa América de Vela, se decidía la ubicación del ITER, el Centro de Fusión Nuclear (el segundo proyecto tecnológico más costoso de la historia sólo por detrás de la Estación Internacional). Su ubicación sería Cadarache (Francia) en vez de la oferta española. Encontré una pequeña reseña sobre el tema debajo de la tonelada de hojas sobre la Copa América.

Personalmente disfruto de mi trabajo como investigador en el German Cancer Research Center en Heidelberg, lo hago además con la ayuda del Gobierno Vasco. Disfruto y me esfuerzo por aprovechar esta oportunidad. Lo que no sé es si cuando quiera devolver el esfuerzo que España ha realizado en mi educación podré hacerlo. De no poder volver, que sea por no dar la talla y no porque todo siga igual.