Bali tiene acuerdo… pero no cifras

Hace unas semanas hablaba de los buenos propositos de Ban Ki-Moon y de que no era dificil presagiar cuales iban a ser sus contrincantes para conseguir un tratado que superara al de Kioto. Valencia fue su primer intento pero la Cumbre de Bali era su gran prueba. Con una presión mediática sobre todos los representantes, probablemente relacionada con el Nobel de Gore y Pachauri, la cumbre empezaba con una tensión que se podía cortar con cuchillo.

Como en un combate de boxeo (digno de ser enseñado a todos los estudiantes de diplomacia y relaciones internacionales del mundo) los golpes a puntos debiles iban sucediendose. Empezó fuerte EEUU con una posición inmovilista y un discurso absurdo y poco sutil: «Estamos dispuestos a negociar pero EEUU no rebajará sus emisiones». El segundo round fue igualmente seco y contundente: EEUU propone un nuevo foro con la clara intención de boicotear la cumbre; van dos directos a los riñones. Pero el asalto no ha acabado y el ministro alemán de medio ambiente, Sigmar Gabriel (Este tio es mi heroe del año), dejó claro que no habría otras reuniones. ¡Por fin una voz en alto que se enfrenta a la posición americana!. El tercer asalto comienza con un EEUU desorientado, el G77 más China ya ha denunciado presiones para reducir sus emisiones (como imponer sanciones comerciales); EEUU contra las cuerdas. Cuarto round, Ban Ki-Moon deja claro que el egoismo de EEUU es un gran error:

«Pueden elegir el camino del compromiso o el de la traición al planeta. Ninguna delegación puede tener todo lo que quiere. Nadie deja esta sala completamente satisfecho.»

Solo Japón y Canadá están con EEUU pero callan. Otros aprovechan la ventaja: Al Gore, los democratas y prácticamente cualquiera que pasaba por allí atacaban la posición americana: EEUU cae a la lona pero amaga con levantarse, «No podemos apoyar el texto». Todo parece indicar que podría haber acuerdo sin EEUU, se quedarían prácticamente solos y humillados diplomaticamente. En el quinto el culo a la lona, el representante de Papua lo escenifica claramente: «Si no van a liderar este proceso,al menos apártense del medio». El público aplaude y EEUU no se levanta: acepta un acuerdo aunque sin cifras (con datos de reducciones casi escritos en el borde de la hoja). Se agota la cuenta atras cuando Rusia amaga con un poco de teatro, pero la campana ya ha sonado. Ban Ki-Moon puede descansar tranquilo.

Reflexiones

Un resultado agridulce, pero que podría significar el punto de inflexión ya que parece que la UE empieza a luchar por el liderazgo con la alemania de Merkel a la cabeza. Mientras, Ban Ki-Moon (gracias también a su mano derecha, Yvo de Boer) se demuestra capaz de manejar todas las cabezas de esa Hidra que es la ONU, algo por lo que personalmente no apostaba (Es bueno equivocarse). Solo una pregunta: ¿Qué va a hacer EEUU para volver a recuperar el cetro?, ya veremos, falta mucho todavía para un Kioto II.

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