¿Te has fijado hacia donde está orientada tu cama? Los seres humanos tendemos a colocar nuestra cabeza en dirección contraria a la entrada de nuestro dormitorio. Un reducto instintivo de cuando nuestros antepasados podían ser sorprendidos por depredadores nocturnos mientras descansaban y que les podía dar unos segundos de ventaja para defenderse o bien para no perder «lo más útil» en la primera embestida.
Buenas noches, que descanséis bien.